También he decidido darme "unas vacaciones bloggeras"!!.
Ultimamente apenas tengo tiempo para dedicarle al blog ni visitar vuestras cocinas.
A parte que cuando la cosa se convierte en una rutina/obligación,... ya no se disfruta.
Así que he decidido darme un respiro, y hacer una pausa a la vuelta de las vacaciones pues también quiero disfrutar del verano!!.
Ya os contare todo lo que habré estado haciendo en esa parada ,me han pedido ayuda en un taller de cocina infantil de varias edades y como no me he apuntado encantada.
Como sabéis la mejor manera de enseñar a los niños a comer bien, es cocinando con ellos además de comer juntos.
Creo que eso también ayudará a que luego me ponga con más ganas ,tengo muchas recetas pendientes de publicar.
Espero seguir viéndoos a tod@s por aquí, cuando vuelva!!.
Hace tiempo que no pongo ningún cuento con moraleja.
Los cuentos no sirven solamente para dormir a los pequeños, sino también para mantener despiertos a los mayores.
El cuento nos hace pensar,reflexionar, meditar, contemplar, alabar, cambiar...
El paquete de galletas.
Una chica estaba esperando su vuelo en una sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también un paquete con galletas.
Se sentó en una sala del aeropuerto para poder descansar y leer en paz.
Asiento de por medio, se sentó un hombre que abrió una revista y empezó a leer. Entre ellos quedaron las galletas.
Cuando ella cogió la primera, el hombre también tomó una.
Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó:
"¡Qué descarado; si yo fuera más valiente, hasta le daría una bofetada para que nunca lo olvide!".
Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre también tomaba una.
Aquello le indignaba tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando quedaba solo una galleta, pensó:
"¿qué hará ahora este aprovechado?".
Entonces, el hombre partió la última galleta y dejó media para ella.
Ah! No!. Aquello le pareció demasiado!. ¡Se puso a resoplar de rabia!. Cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sector del embarque.
Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa,allí estaba su paquete de galletas...intacto, cerrado.
¡Sintió tanta vergüenza!.Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso! El hombre había compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado.
Y ya no estaba a tiempo ni tenia posibilidades para dar, explicar o pedir disculpas. Pero sí para razonar:
¿cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor? ¿cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?.
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
Una piedra, después de haber sido lanzada.
Una palabra, después de haberla dicho.
Una oportunidad, después de haberla perdido.
El tiempo, después de haber pasado.
Espero seguir viéndoos a tod@s por aquí, cuando vuelva!!.